Historia del futbolín.

A lo largo de nuestra vida seguramente todos nos hemos topado más de una vez con un futbolín. Desde que somos niños nos hemos falimializado con un juego que ha marcado a toda una generación de jóvenes y no tan jóvenes y que aún en nuestros días sigue siendo apasionante. Un juego de mesa que se conoce y juega en todo el mundo.

Quién no se ha jugado una ronda a una partida de futbolín. El futbolín es un juego que crea buen rollo y fomenta muchísimos buenos valores entre ellos el contacto que tanta falta hace hoy en día. No deja de ser un juego en el que tienes que ganar al rival pero muchas veces la victoria pasa a un segundo plano y quedan los momentos, las anécdotas y los goles.

Se practica con familiares y amigos. Y hasta con extraños, ya que puedes empezar una partida contra cualquiera y acabar haciéndote amigo de un desconocido gracias en buena parte al futbolín. Un juego que fue ganando fama y que ya en los años 70 se extendió por toda España, era raro no ver el futbolín en un bar.

Además de ser un juego de mesa de entretenimiento y ocio, el futbolín ayuda a la rehabilitación de parapléjicos, ya que como contaremos a continuación, la idea de la creación de este invento surgió en parte para ayudar a personas con problemas.

Alejandro Campos Ramírez, más conocido como Alejandro Finisterre fue el inventor del futbolín español. El poeta, editor y además periodista español patentó en 1937 la versión del juego más utilizada en el mundo, aunque esa patente se perdió al parecer en una tormenta durante un viaje. Finisterre tuvo una vida extraordinaria en la que en un momento de su vida tuvo que protegerse en Francia y después exiliarse a Latinoamérica, donde además de difundir su gran invento, tuvo una mil y una anécdotas, desde echarse partidas al futbolín con el Che Guevara, hasta ser uno de los primeros secuestradores de aviones de los que se tiene constancia. Además de tener un romance secreto con Frida Kahlo.

¿De dónde surge el futbolín? La idea del futbolín surgió cuando Finisterre fue herido y trasladado a un hospital de Cataluña durante la Guerra Civil, y allí vió cómo muchas personas mutiladas por la guerra no podrían volver a jugar al fútbol. Entonces se le ocurrió crear este juego de mesa como entretenimiento para los niños heridos, para que pudieran volver a recordar lo que era jugar al fútbol. LLevó el fútbol a la mesa literalmente.