Hubo un tiempo en que en los recreativos solo había unas cuantas mesas de billar y un par de futbolines. El futbolín es un juego que nos hace recordar, que nos llena de emoción rememorando aquellas tardes interminables con nuestros amigos, partidas eternas y goles que parecen imposibles.
Fabricado en España con madera de haya e inventado por un español, el futbolín pasó a formar parte del paisaje de la España de los años 70 y 80, quien más quien menos se ha topado alguna vez con un futbolín a la vuelta de la esquina, en el bar. El traqueteo inconfundible de la bola chocando con la madera, sonidos propios de un juego centenario.
Todos tenemos anécdotas inolvidables alrededor de la mesa de futbolín, grandes momentos rodeados de tu gente que permanecen en la memoria para siempre.
El futbolín está especialmente diseñado para que puedan divertirse personas de todas las edades, familiares y amigos e incluso enemigos ¿Por qué no? Y es que con el paso de los años ha ido logrando permanecer de generación en generación, de abuelos a padres y de padres a hijos, sin perder ni un ápice de diversión.